Las Malignas
May 26, 2025
Iba caminando el vendedor de fruta por la calle como de costumbre, cuando su mirada se fijó sobre un objeto fuera de lo común. Reposando sobre un jarrón de cristal, se encontraba un conjunto de flores; era un ramo sencillo pero bien logrado. Destacaba en la acera del resto de la basura que sería recogida esa misma noche.
No pudo evitar el impulso de tomarlas. Se acercó pudo sentir como su aroma lo embriagaba.
A su vez, lo observaba con detenimiento un hombre escondido en un callejón al otro lado de la calle. Llevaba cuatro días mirando esas flores, sin comer, sin dormir y sin cerrar los ojos. No se atrevía a tomarlas porque constantemente veía venir su destrucción a causa de ellas.
Cuando vio pasar al vendedor, tuvo la esperanza de no sentir deseos de sacarle los ojos si se atrevía a robarle sus flores malditas. Él lo sabía, nadie podría resistir su encanto. Solo era cuestión de esperar y él sería libre…
-Son muy bonitas esas alimañas, ¿no lo cree, compadre?
sin darse cuenta de dónde había salido el sujeto del callejón, el vendedor le echó una mirada y se sorprendió al ver semejante criatura en el resplandor de la tarde calurosa que los calcinaba a ambos.